La cirugía de elevación mamaria, también conocida como mastopexia es la intervención que permite elevar el pecho caído (o ptósico) aportándole firmeza, corrigiendo el diámetro y la posición de las areolas, y tratando a la vez posibles asimetrías.

Para aportar volumen al pecho caído se utiliza el propio tejido mamario o bien implantes, en casos de pérdida de volumen en que los tejidos de la paciente no son suficientes.

El motivo de consulta de las pacientes candidatas a este tipo de intervención es el tratamiento de la ptosis mamaria tras pérdidas de peso, el embarazo o la lactancia, o congénita (desde el nacimiento).

Preoperatorio

En la primera visita se realiza una historia clínica completa, y una exploración física donde se valora la morfología de la paciente (general, tórax y mamas en particular), así como aspectos concretos como grado de ptosis, consistencia de las mamas, asimetrías, posición y tamaño de los complejos areola-pezón, grado de laxitud de la piel, etc. mediante observación y mediciones.

La visita se completa con una serie de fotografías estandarizadas.

Antes de la intervención se realizan unas pruebas preoperatorias generales (analítica general, electrocardiograma y radiografía de tórax), y unas específicas (ecografía o mamografía).

Intervención quirúrgica

El fundamento de la mastopexia es redistribuir el volumen mamario mediante el reposicionamiento de los tejidos (que realizarán la función de “auto-prótesis”) o la colocación de un implante mamario, y sobre todo la adaptación de la cobertura de la mama (piel y grasa subcutánea) para conseguir un pecho firme, con unas areolas de unos diámetros estándar en una posición correcta.

Las cicatrices después de la intervención dependerán del grado de caída del pecho. Si la ptosis es leve será suficiente con una cicatriz periareolar (alrededor de la areola). En casos más severos será necesaria una cicatriz vertical (del borde inferior de la areola al surco submamario) además de la periareolar. Únicamente en los casos más severos se deberá añadir a las dos anteriores una cicatriz en el surco submamario.

La intervención se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de unas dos horas y media aproximadamente.

La paciente despierta con unos drenajes y un vendaje que llevará durante las 24 horas de ingreso hospitalario.

Postoperatorio

Antes del alta se retiran los drenajes y el vendaje se coloca un sujetador específico sin aros, y en ocasiones una banda de compresión.

Las recomendaciones específicas al alta son realizar reposo relativo y no levantar los brazos.

Inicialmente puede existir cierta inflamación en la zona intervenida y algunos hematomas superficiales, pero el dolor se controla con una pauta de tratamiento analgésico y antiinflamatorio.

Los puntos se retiran en Consulta a los 7-10 días. En general, las pacientes pueden reincorporarse al trabajo a los 7 días.